26
Y vinieron á Juan, y dijéronle: Rabbí, el que estaba contigo de la otra parte del Jordán, del cual tú diste testimonio, he aquí bautiza, y todos vienen á él.
27
Respondió Juan, y dijo: No puede el hombre recibir algo, si no le fuere dado del cielo.
28
Vosotros mismos me sois testigos que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él.
29
El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está en pie y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo es cumplido.
30
A él conviene crecer, mas á mí menguar.
31
El que de arriba viene, sobre todos es: el que es de la tierra, terreno es, y cosas terrenas habla: el que viene del cielo, sobre todos es.
32
Y lo que vió y oyó, esto testifica: y nadie recibe su testimonio.
33
El que recibe su testimonio, éste signó que Dios es verdadero.
34
Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla: porque no da Dios el Espíritu por medida.
35
El Padre ama al Hijo, y todas las cosas dió en su mano.
36
El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; mas el que es incrédulo al Hijo, no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.