15
Ya no os diré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; mas os he dicho amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he hecho notorias.
16
No me elegisteis vosotros a mí , mas yo os elegí a vosotros; y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis del Padre en mi nombre, él os lo dé.
17
Esto os mando: Que os ameis los unos a los otros.
18
Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me aborreció antes que a vosotros.
19
Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo que es suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso os aborrece el mundo.
20
Acordaos de la palabra que yo os he dicho: No es el siervo mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros perseguirá; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
21
Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.
22
Si no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado, mas ahora no tienen excusa de su pecado.
23
El que me aborrece, también a mi Padre aborrece.
24
Si no hubiese hecho entre ellos obras cuales ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; mas ahora, las han visto, y me aborrecen a mí y a mi Padre.
25
Mas para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Que sin causa me aborrecieron.
26
Pero cuando viniere el Consolador, el cual yo os enviaré del Padre, el Espíritu de Verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio de mí.
27
Y vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio.