34
Entonces la multitud le respondió: Hemos oído en la ley que el Cristo permanecerá para siempre; ¿y cómo dices tú: "El Hijo del Hombre tiene que ser levantado"? ¿Quién es este Hijo del Hombre?
35
Jesús entonces les dijo: Todavía, por un poco de tiempo, la luz estará entre vosotros. Caminad mientras tenéis la luz, para que no os sorprendan las tinieblas; el que anda en la oscuridad no sabe adónde va.
36
Mientras tenéis la luz, creed en la luz, para que seais hijos de luz. Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos.
37
Pero aunque había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en El,
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para que se cumpliera la palabra del profeta Isaías, que dijo: SEÑOR, ¿QUIEN HA CREIDO A NUESTRO ANUNCIO? ¿Y A QUIEN SE HA REVELADO EL BRAZO DEL SEÑOR?
39
Por eso no podían creer, porque Isaías dijo también:
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EL HA CEGADO SUS OJOS Y ENDURECIDO SU CORAZON, PARA QUE NO VEAN CON LOS OJOS Y ENTIENDAN CON EL CORAZON, Y SE CONVIERTAN Y YO LOS SANE.
41
Esto dijo Isaías porque vio su gloria, y habló de El.
42
Sin embargo, muchos, aun de los gobernantes, creyeron en El, pero por causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.
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Porque amaban más el reconocimiento de los hombres que el reconocimiento de Dios.
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Jesús exclamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado.
45
Y el que me ve, ve al que me ha enviado.