15
y me alegro por vosotros, que yo no haya estado allí, para que creáis; mas vamos a él
16
Dijo entonces Tomás, el que se dice el Dídimo, a sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos con él
17
Vino pues Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que estaba en el sepulcro
18
Y Betania estaba cerca de Jerusalén, como quince estadios
19
y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, a consolarlas de su hermano
20
Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a recibirle; mas María se estuvo en la casa
21
Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto
22
mas también sé ahora, que todo lo que pidieres de Dios, te dará Dios
23
Le dice Jesús: Resucitará tu hermano
24
Marta le dice: Yo sé que resucitará en la resurrección en el día postrero
25
Le dice Jesús: YO SOY la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá
26
Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto
27
Le dice: Sí Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo
28
Y dicho esto, se fue, y llamó en secreto a María su hermana, diciendo: El Maestro está aquí y te llama
29
Ella, cuando lo oyó, se levantó prestamente y vino a él
30
(Que aún no había llegado Jesús a la aldea, mas estaba en aquel lugar donde Marta le había salido a recibir.
31
Entonces los judíos que estaban en casa con ella, y la consolaban, como vieron que María se había levantado prestamente, y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí
32
Mas María, como vino donde estaba Jesús, viéndole, se derribó a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieras estado aquí, no hubiera muerto mi hermano
33
Jesús entonces, como la vio llorando, y a los judíos que habían venido juntamente con ella llorando, se embraveció en Espíritu, se alborotó a sí mismo
34
y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dicen: Señor, ven, y ve
35
Y lloró Jesús