7
Volvióles, pues, Jesús á decir: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.
8
Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y robadores; mas no los oyeron las ovejas.
9
Yo soy la puerta: el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
10
El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
11
Yo soy el buen pastor: el buen pastor su vida da por las ovejas.
12
Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve al lobo que viene, y deja las ovejas, y huye, y el lobo las arrebata, y esparce las ovejas.
13
Así que, el asalariado, huye, porque es asalariado, y no tiene cuidado de las ovejas.
14
Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.
15
Como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
16
También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también me conviene traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.
17
Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla á tomar.