17
Porque la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad fueron hechas realidad por medio de Jesucristo.
18
Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios , que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer.
19
Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas de Jerusalén a preguntarle: ¿Quién eres tú?
20
Y él confesó y no negó; confesó: Yo no soy el Cristo.
21
Y le preguntaron: ¿Entonces, qué? ¿Eres Elías? Y él dijo<***>: No soy. ¿Eres el profeta? Y respondió: No.
22
Entonces le dijeron: ¿Quién eres?, para que podamos dar respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?
23
El dijo: Yo soy LA VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO: "ENDEREZAD EL CAMINO DEL SEÑOR", como dijo el profeta Isaías.
24
Los que habían sido enviados eran de los fariseos.
25
Y le preguntaron, y le dijeron: Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?
26
Juan les respondió, diciendo: Yo bautizo en agua, pero entre vosotros está Uno a quien no conocéis.
27
El es el que viene después de mí, a quien yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia.
28
Estas cosas sucedieron en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
29
Al día siguiente vio<***> a Jesús que venía hacia él, y dijo<***>: He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
30
Este es aquel de quien yo dije: "Después de mí viene un hombre que es antes de mí porque era primero que yo."
31
Y yo no le conocía, pero para que El fuera manifestado a Israel, por esto yo vine bautizando en agua.
32
Juan dio también testimonio, diciendo: He visto al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y se posó sobre El.
33
Y yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: "Aquel sobre quien veas al Espíritu descender y posarse sobre El, éste es el que bautiza en el Espíritu Santo."
34
Y yo le he visto y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
35
Al día siguiente Juan estaba otra vez allí con dos de sus discípulos,
36
y vio a Jesús que pasaba, y dijo<***>: He ahí el Cordero de Dios.
37
Y los dos discípulos le oyeron hablar, y siguieron a Jesús.