3
Cuando los habitantes de Gabaón se enteraron de lo que Josué había hecho a Jericó y a Hai,
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ellos también usaron de astucia y fueron como embajadores, y llevaron alforjas viejas sobre sus asnos, y odres de vino viejos, rotos y remendados,
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y sandalias gastadas y remendadas en sus pies, y vestidos viejos sobre sí; y todo el pan de su provisión estaba seco y desmenuzado.
6
Vinieron a Josué al campamento en Gilgal, y le dijeron a él y a los hombres de Israel: Hemos venido de un país lejano; haced, pues, pacto con nosotros.
7
Y los hombres de Israel dijeron a los heveos: Quizá habitáis en nuestra tierra, ¿cómo, pues, haremos pacto con vosotros?
8
Respondieron ellos a Josué: Somos tus siervos. Y Josué les dijo: ¿Quiénes sois, y de dónde venís?
9
Y le dijeron: Tus siervos han venido de un país muy lejano a causa de la fama del SEÑOR tu Dios; porque hemos oído hablar de El, de todo lo que hizo en Egipto,
10
y de todo lo que hizo a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón, rey de Hesbón, y a Og, rey de Basán, que estaba en Astarot.
11
Y nuestros ancianos y todos los habitantes de nuestro país nos hablaron, diciendo: "Tomad provisiones en vuestra mano para el camino, id a su encuentro y decidles: 'Somos vuestros siervos; haced, pues, pacto con nosotros.'"
12
Este nuestro pan estaba caliente cuando lo sacamos de nuestras casas para provisión el día que salimos para venir a vosotros; pero he aquí, ahora está seco y desmenuzado.
13
Estos odres de vino que llenamos eran nuevos, y he aquí, están rotos; y estos vestidos nuestros y nuestras sandalias están gastados a causa de lo muy largo del camino.