20
"¿No fue infiel Acán, hijo de Zera, en cuanto al anatema, y vino la ira sobre toda la congregación de Israel? Y aquel hombre no pereció solo en su iniquidad."
21
Entonces los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Manasés respondieron, y dijeron a las cabezas de las familias de Israel:
22
¡El Poderoso Dios, el SEÑOR, el Poderoso Dios, el SEÑOR! El lo sabe; que Israel mismo lo sepa. Si fue rebelión, o una infidelidad contra el SEÑOR, que no nos salve hoy.
23
Si nos hemos edificado un altar para apartarnos de seguir al SEÑOR, o para ofrecer holocausto u ofrenda de cereal sobre él, o para ofrecer en él sacrificios de ofrendas de paz, que el SEÑOR mismo nos lo demande.
24
En verdad, hemos hecho esto más bien por temor, diciendo: "El día de mañana vuestros hijos pudieran decir a nuestros hijos: '¿Qué tenéis que ver vosotros con el SEÑOR, Dios de Israel?
25
'Porque el SEÑOR ha puesto el Jordán por límite entre nosotros y vosotros, hijos de Rubén e hijos de Gad; vosotros no tenéis parte con el SEÑOR.' Así vuestros hijos podrían hacer que nuestros hijos dejaran de temer al SEÑOR."
26
Por tanto, dijimos: "Construyamos ahora un altar, no para holocaustos ni para sacrificios,
27
sino para que sea testigo entre nosotros y vosotros, y entre nuestras generaciones después de nosotros, que hemos de cumplir el servicio del SEÑOR delante de El con nuestros holocaustos, con nuestros sacrificios y con nuestras ofrendas de paz, para que en el día de mañana vuestros hijos no digan a nuestros hijos: 'No tenéis porción en el SEÑOR.'"
28
Nosotros, pues, dijimos: "Sucederá el día de mañana, que si nos dicen esto a nosotros o a nuestras generaciones, entonces diremos: 'Ved la réplica del altar del SEÑOR que nuestros padres edificaron, no para holocaustos ni para sacrificios, sino más bien como testigo entre nosotros y vosotros.'"
29
Lejos esté de nosotros que nos rebelemos contra el SEÑOR y nos apartemos de seguir hoy al SEÑOR, construyendo un altar para holocaustos, para ofrenda de cereal o para sacrificios, aparte del altar del SEÑOR nuestro Dios que está frente a su tabernáculo .
30
Y cuando el sacerdote Finees y los principales de la congregación, es decir, las cabezas de las familias de Israel que estaban con él, oyeron las palabras que dijeron los hijos de Rubén, los hijos de Gad y los hijos de Manasés, les pareció bien.
31
Y Finees, hijo del sacerdote Eleazar, dijo a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad y a los hijos de Manasés: Hoy sabemos que el SEÑOR está en medio de nosotros, porque no habéis cometido esta infidelidad contra el SEÑOR; ahora habéis librado a los hijos de Israel de la mano del SEÑOR.
32
Entonces Finees, hijo del sacerdote Eleazar, y los jefes, dejaron a los hijos de Rubén y a los hijos de Gad, y regresaron de la tierra de Galaad a la tierra de Canaán, a los hijos de Israel, y les dieron respuesta.
33
Y la respuesta agradó a los hijos de Israel; y los hijos de Israel bendijeron a Dios, y no hablaron más de subir a pelear contra ellos para destruir la tierra en que habitaban los hijos de Rubén y los hijos de Gad.
34
Y los hijos de Rubén y los hijos de Gad llamaron al altar Testigo; pues dijeron: Es testigo entre nosotros de que el SEÑOR es Dios.