11
Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más espíritu en alguno por causa de vosotros; porque el SEÑOR vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra.
12
Os ruego pues ahora, que me juréis por el SEÑOR, que como he hecho misericordia con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de mi padre, de lo cual me daréis una señal cierta;
13
y que daréis la vida a mi padre y a mi madre, y a mis hermanos y hermanas, y a todo lo que es suyo; y que libraréis nuestras vidas de la muerte.
14
Y ellos le respondieron: Nuestra vida responderá por la vuestra, si no denunciaréis éste nuestro negocio; y cuando el SEÑOR nos hubiere dado la tierra, nosotros haremos contigo misericordia y verdad.
15
Entonces ella los hizo descender con una cuerda por la ventana; porque su casa estaba a la pared del muro, y ella vivía en el muro.
16
Y les dijo: Marchaos al monte, para que los que fueron tras vosotros no os encuentren; y estad escondidos allí tres días, hasta que los que os siguen hayan vuelto; y después os iréis por vuestro camino.
17
Y ellos le dijeron: Nosotros seremos desobligados de este juramento con que nos has conjurado en esta manera .
18
He aquí, cuando nosotros entráremos en la tierra, tú atarás este cordón de grana a la ventana por la cual nos descolgaste; y tú juntarás en tu casa a padre y a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre.
19
Cualquiera que saliere fuera de las puertas de tu casa, su sangre será sobre su cabeza, y nosotros sin culpa. Mas cualquiera que se estuviere en casa contigo, su sangre será sobre nuestra cabeza, si mano le tocare.
20
Y si tú denunciares este nuestro negocio, nosotros seremos desobligados de este tu juramento con que nos has juramentado.
21
Y ella respondió: Sea así como habéis dicho; y los envió, y se fueron; y ella ató el cordón de grana a la ventana.
22
Y caminando ellos, llegaron al monte, y estuvieron allí tres días, hasta que los que los seguían se hubiesen vuelto; y los que los siguieron, buscaron por todo el camino, pero no los hallaron.
23
Y tornándose los dos varones, descendieron del monte, y pasaron, y vinieron a Josué hijo de Nun, y le contaron todas las cosas que les habían acontecido.
24
Y dijeron a Josué: El SEÑOR ha entregado toda la tierra en nuestras manos; y también todos los moradores de la tierra están desmayados delante de nosotros.