20
pero fueron avergonzados por su esperanza; porque vinieron hasta ellas, y se hallaron confusos
21
Ahora ciertamente vosotros sois como ellas; que habéis visto el tormento, y teméis
22
¿Os he dicho yo: Traedme, y pagad por mí de vuestra hacienda
23
y libradme de la mano del angustiador, y rescatadme del poder de los violentos
24
Enseñadme, y yo callaré; y hacedme entender en qué he errado
25
¡Cuán fuertes son las palabras de rectitud! Mas ¿qué reprende el argumento de vosotros
26
¿No estáis pensando las palabras para reprender, y echáis al viento palabras perdidas
27
También os arrojáis sobre el huérfano, y hacéis hoyo delante de vuestro amigo
28
Ahora pues, si queréis, mirad en mí, y ved si mentiré delante de vosotros
29
Tornad ahora, y no haya iniquidad; volved aún a mirar por mi justicia en esto
30
Si hay iniquidad en mi lengua; o si mi paladar no discierne los tormentos