12
¿Es mi fortaleza la de las piedras? O mi carne, ¿es de acero?
13
¿No me ayudo cuanto puedo, y con todo eso el poder me falta del todo?
14
El atribulado es consolado de su compañero; pero se ha abandonado el temor del Omnipotente.
15
Mis hermanos me han mentido como arroyo; se pasaron como las riberas impetuosas,
16
que están escondidas por la helada, y encubiertas con nieve.
17
Que al tiempo del calor son deshechas, y en calentándose, desaparecen de su lugar;
18
apártanse de las sendas de su camino, suben en vano y se pierden.
19
Las miraron los caminantes de Temán, los caminantes de Saba esperaron en ellas;
20
pero fueron avergonzados por su esperanza; porque vinieron hasta ellas, y se hallaron confusos.
21
Ahora ciertamente vosotros sois como ellas; que habéis visto el tormento, y teméis.
22
¿Os he dicho yo : Traedme, y pagad por mí de vuestra hacienda;