12
Que frustra los pensamientos de los astutos, para que sus manos no hagan nada
13
Que prende a los sabios en su propia prudencia, y el consejo de sus adversarios es entontecido
14
De día tropiezan con tinieblas, y en mitad del día andan a tientas como de noche
15
Y libra de la espada al pobre, de la boca de los impíos, y de la mano violenta
16
Que es esperanza al menesteroso, y la iniquidad cerró su boca
17
He aquí, que bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; por tanto no menosprecies la corrección del Todopoderoso
18
Porque él es el que hace la plaga, y él la ligará; él hiere, y sus manos curan
19
En seis tribulaciones te librará, y en la séptima no te tocará el mal
20
En el hambre te rescatará de la muerte, y en la guerra de las manos de la espada
21
Del azote de la lengua serás encubierto; ni temerás de la destrucción cuando viniere
22
De la destrucción y del hambre te reirás, y no temerás de las bestias de la tierra
23
pues aun con las piedras del campo tendrás tu concierto, y las bestias del campo estarán en paz contigo
24
Y sabrás que hay paz en tu tienda; y visitarás tu morada, y no pecarás
25
Y entenderás que tu simiente es mucha, y tus renuevos como la hierba de la tierra
26
Y vendrás en la vejez a la sepultura, como el montón de trigo que se coge a su tiempo
27
He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así: Oyelo, y juzga tú para contigo