5
De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven.
6
Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en el polvo y en la ceniza.
7
Y aconteció que después que habló el SEÑOR estas palabras a Job, el SEÑOR dijo a Elifaz temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros, porque no habéis hablado por mí lo recto, como mi siervo Job.
8
Ahora pues, tomaos siete becerros y siete carneros, y andad a mi siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job orará por vosotros; porque solamente por su respeto no os trataré afrentosamente, por cuanto no habéis hablado por mí con rectitud, como mi siervo Job.
9
Fueron pues Elifaz temanita, y Bildad suhita, y Zofar naamatita, e hicieron como el SEÑOR les dijo; y el SEÑOR tuvo respeto a Job.
10
Y tornó el SEÑOR la aflicción de Job, orando él por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.
11
Y vinieron a él todos sus hermanos, y todas sus hermanas, y todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que el SEÑOR había traído sobre él. Y cada uno de ellos le dio una oveja, y una joya de oro.
12
Y el SEÑOR bendijo a la postrimería de Job más que a su principio; porque tuvo catorce mil ovejas, y seis mil camellos, y mil yuntas de bueyes, y mil asnas.
13
Y tuvo siete hijos y tres hijas.
14
Y llamó el nombre de la una, Jemima, y el nombre de la segunda, Cesia, y el nombre de la tercera, Keren-hapuc.
15
Y no se hallaron mujeres tan hermosas como las hijas de Job en toda la tierra; y les dio su padre herencia entre sus hermanos.
16
Y después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación.
17
Murió pues Job viejo, y lleno de días.