2
¿Quién es éste que oscurece el consejo con palabras sin conocimiento?
3
Ciñe ahora tus lomos como un hombre, y yo te preguntaré, y tú me instruirás.
4
¿Dónde estabas tú cuando yo echaba los cimientos de la tierra? Dímelo, si tienes inteligencia.
5
¿Quién puso sus medidas?, ya que sabes, ¿o quién extendió sobre ella cordel?
6
¿Sobre qué se asientan sus basas, o quién puso su piedra angular
7
cuando cantaban juntas las estrellas del alba, y todos los hijos de Dios gritaban de gozo?
8
¿O quién encerró con puertas el mar, cuando, irrumpiendo, se salió de su seno;
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cuando hice de una nube su vestidura, y de espesa oscuridad sus pañales;
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cuando sobre él establecí límites, puse puertas y cerrojos,
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y dije: "Hasta aquí llegarás, pero no más allá; aquí se detendrá el orgullo de tus olas"?
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¿Alguna vez en tu vida has mandado a la mañana, y hecho conocer al alba su lugar,
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para que ella eche mano a los confines de la tierra, y de ella sean sacudidos los impíos?
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Ella cambia como barro bajo el sello; y como con vestidura se presenta.
15
Mas se quita la luz a los impíos, y se quiebra el brazo levantado.
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¿Has entrado hasta las fuentes del mar, o andado en las profundidades del abismo?
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¿Te han sido reveladas las puertas de la muerte, o has visto las puertas de la densa oscuridad?
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¿Has comprendido la extensión de la tierra? Dímelo, si tú sabes todo esto.
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¿Dónde está el camino a la morada de la luz? Y la oscuridad, ¿dónde está su lugar,
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para que la lleves a su territorio, y para que disciernas los senderos de su casa?
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¡Tú lo sabes, porque entonces ya habías nacido, y grande es el número de tus días!
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¿Has entrado en los depósitos de la nieve, o has visto los depósitos del granizo,