14
Si él pusiese sobre el hombre su corazón, y recogiese así su espíritu y su aliento,
15
toda carne perecería juntamente, y el hombre se tornaría en polvo.
16
Si pues hay en ti entendimiento, oye esto: Escucha la voz de mis palabras.
17
¿Por ventura se enseñoreará el que aborrece el juicio? ¿Y condenarás tú al poderoso siendo justo?
18
¿Por ventura se ha de decir al rey: Perverso; y a los príncipes: Impíos?
19
Cuánto menos a aquél que no hace acepción de personas de príncipes, ni el rico es de él más respetado que el pobre; porque todos son obras de sus manos.
20
En un momento mueren, y a media noche se alborotarán los pueblos, y pasarán, y sin mano será quitado el poderoso.
21
Porque sus ojos están puestos sobre los caminos del hombre, y ve todos sus pasos.
22
No hay tinieblas, ni sombra de muerte donde se encubran los que obran maldad.
23
No carga pues él al hombre más de lo justo, para que vaya con Dios a juicio.
24
El quebrantará a los fuertes sin pesquisa, y hará estar a otros en su lugar.