8
De cierto tú dijiste á oídos míos, Y yo oí la voz de tus palabras que decían:
9
Yo soy limpio y sin defecto; Y soy inocente, y no hay maldad en mí.
10
He aquí que él buscó achaques contra mí, Y me tiene por su enemigo;
11
Puso mis pies en el cepo, Y guardó todas mis sendas.
12
He aquí en esto no has hablado justamente: Yo te responderé que mayor es Dios que el hombre.
13
¿Por qué tomaste pleito contra él? Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones.
14
Sin embargo, en una ó en dos maneras habla Dios; Mas el hombre no entiende.
15
Por sueño de visión nocturna, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el lecho;
16
Entonces revela al oído de los hombres, Y les señala su consejo;
17
Para quitar al hombre de su obra, Y apartar del varón la soberbia.
18
Detendrá su alma de corrupción, Y su vida de que pase á cuchillo.