20
Que le hace que su vida aborrezca el pan, Y su alma la comida suave.
21
Su carne desfallece sin verse, Y sus huesos, que antes no se veían, aparecen.
22
Y su alma se acerca al sepulcro, Y su vida á los que causan la muerte.
23
Si tuviera cerca de él Algún elocuente anunciador muy escogido, Que anuncie al hombre su deber;
24
Que le diga que Dios tuvo de él misericordia, Que lo libró de descender al sepulcro, Que halló redención:
25
Enterneceráse su carne más que de niño, Volverá á los días de su mocedad.
26
Orará á Dios, y le amará, Y verá su faz con júbilo: Y él restituirá al hombre su justicia.
27
El mira sobre los hombres; y el que dijere: Pequé, y pervertí lo recto, Y no me ha aprovechado;
28
Dios redimirá su alma, que no pase al sepulcro, Y su vida se verá en luz.
29
He aquí, todas estas cosas hace Dios Dos y tres veces con el hombre;
30
Para apartar su alma del sepulcro, Y para iluminarlo con la luz de los vivientes.