12
He aquí, déjame decirte que no tienes razón en esto, porque Dios es más grande que el hombre.
13
¿Por qué te quejas contra El, diciendo que no da cuenta de todas sus acciones?
14
Ciertamente Dios habla una vez, y otra vez, pero nadie se da cuenta de ello.
15
En un sueño, en una visión nocturna, cuando un sueño profundo cae sobre los hombres, mientras dormitan en sus lechos,
16
entonces El abre el oído de los hombres, y sella su instrucción,
17
para apartar al hombre de sus obras, y del orgullo guardarlo;
18
libra su alma de la fosa y su vida de pasar al Seol.
19
El hombre es castigado también con dolor en su lecho, y con queja continua en sus huesos,
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para que su vida aborrezca el pan, y su alma el alimento favorito.
21
Su carne desaparece a la vista, y sus huesos que no se veían, aparecen.
22
Entonces su alma se acerca a la fosa, y su vida a los que causan la muerte.
23
Si hay un ángel que sea su mediador, uno entre mil, para declarar al hombre lo que es bueno para él,
24
y que tenga piedad de él, y diga: "Líbralo de descender a la fosa, he hallado su rescate";
25
que su carne se vuelva más tierna que en su juventud, que regrese a los días de su vigor juvenil.
26
Entonces orará a Dios, y El lo aceptará, para que vea con gozo su rostro, y restaure su justicia al hombre.
27
Cantará él a los hombres y dirá: "He pecado y pervertido lo que es justo, y no es apropiado para mí.
28
"El ha redimido mi alma de descender a la fosa, y mi vida verá la luz."
29
He aquí, Dios hace todo esto a menudo con los hombres,
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para rescatar su alma de la fosa, para que sea iluminado con la luz de la vida.
31
Pon atención, Job, escúchame; calla, y déjame hablar.
32
Si algo tienes que decir, respóndeme; habla, porque deseo justificarte.
33
Si no, escúchame; calla, y te enseñaré sabiduría.