20
Clamo a ti, y no me oyes; me presento, y no me atiendes
21
Te has vuelto cruel para mí; con la fortaleza de tu mano me odias
22
Me levantaste, y me hiciste cabalgar sobre el viento, y derretiste en mí el ser
23
Porque yo conozco que me conduces a la muerte; y a la casa determinada a todo viviente
24
Mas él no extenderá la mano contra el sepulcro; ¿clamarán por ventura los sepultados cuando él los quebrantare
25
¿Por ventura no lloré yo al afligido? Y mi alma ¿no se entristeció sobre el menesteroso
26
Cuando esperaba el bien, entonces me vino el mal; y cuando esperaba la luz, vino la oscuridad
27
Mis entrañas hierven, y no reposan; días de aflicción me han sobrecogido
28
Denegrido anduve, y no por el sol; me he levantado en la congregación, y clamé
29
He venido a ser hermano de los dragones, y compañero de los búhos
30
Mi piel está denegrida sobre mí, y mis huesos se secaron con ardentía