12
¿Por qué me previnieron las rodillas? ¿Y para qué los senos que mamare
13
Pues que ahora yaciera yo, y reposara; durmiera, y entonces tuviera reposo
14
con los reyes y con los consejeros de la tierra, que edifican para sí los desiertos
15
o con los príncipes que poseen el oro, que llenan sus casas de plata
16
O ¿por qué no fui escondido como abortivo, como los pequeñitos que nunca vieron luz
17
Allí los impíos dejaron de molestar, y allí descansaron los de cansadas fuerzas
18
Allí también reposaron los cautivos; no oyeron la voz del exactor
19
Allí está el chico y el grande; allí es el siervo libre de su señor
20
¿Por qué dio luz al trabajado, y vida a los amargos de ánimo
21
Que esperan la muerte, y no la hay; y la buscan más que tesoros
22
Que se alegran sobremanera, y se gozan cuando hallan el sepulcro
23
Al hombre que no sabe por donde vaya, y que Dios lo encerró
24
Porque antes que mi pan, viene mi suspiro; y mis bramidos corren como aguas
25
Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que temía
26
Nunca tuve prosperidad, nunca me aseguré, ni nunca me reposé; y me vino turbación