4
¿Es a causa de tu piedad que El te reprende, que entra en juicio contigo?
5
¿No es grande tu maldad, y sin fin tus iniquidades?
6
Porque sin razón tomabas prendas de tus hermanos, y has despojado de sus ropas a los desnudos.
7
No dabas de beber agua al cansado, y le negabas pan al hambriento.
8
Mas la tierra es del poderoso, y el privilegiado mora en ella.
9
Despedías a las viudas con las manos vacías y quebrabas los brazos de los huérfanos.
10
Por eso te rodean lazos, y te aterra temor repentino,
11
o tinieblas, y no puedes ver, y abundancia de agua te cubre.
12
¿No está Dios en lo alto de los cielos? Mira también las más lejanas estrellas, ¡cuán altas están!
13
Y tú dices: "¿Qué sabe Dios? ¿Puede El juzgar a través de las densas tinieblas?
14
"Las nubes le ocultan, y no puede ver, y se pasea por la bóveda del cielo."
15
¿Seguirás en la senda antigua en que anduvieron los hombres malvados,
16
que fueron arrebatados antes de su tiempo, y cuyos cimientos fueron arrasados por un río?
17
Ellos dijeron a Dios: "Apártate de nosotros" y: "¿Qué puede hacernos el Todopoderoso?"
18
El había colmado de bienes sus casas, pero el consejo de los malos está lejos de mí.
19
Los justos ven y se alegran, y el inocente se burla de ellos,
20
diciendo: "Ciertamente nuestros adversarios son destruidos, y el fuego ha consumido su abundancia."
21
Cede ahora y haz la paz con El, así te vendrá el bien.
22
Recibe, te ruego, la instrucción de su boca, y pon sus palabras en tu corazón.
23
Si vuelves al Todopoderoso, serás restaurado. Si alejas de tu tienda la injusticia,
24
y pones tu oro en el polvo, y el oro de Ofir entre las piedras de los arroyos,