2
¿Traerá el hombre provecho á Dios, Porque el sabio sea provechoso á sí mismo?
3
¿Tiene su contentamiento el Omnipotente en que tú seas justificado, O provecho de que tú hagas perfectos tus caminos?
4
¿Castigaráte acaso, O vendrá contigo á juicio porque te teme?
5
Por cierto tu malicia es grande, Y tus maldades no tienen fin.
6
Porque sacaste prenda á tus hermanos sin causa, E hiciste desnudar las ropas de los desnudos.
7
No diste de beber agua al cansado, Y detuviste el pan al hambriento.
8
Empero el hombre pudiente tuvo la tierra; Y habitó en ella el distinguido.
9
Las viudas enviaste vacías, Y los brazos de los huérfanos fueron quebrados.
10
Por tanto hay lazos alrededor de ti, Y te turba espanto repentino;
11
O tinieblas, porque no veas; Y abundancia de agua te cubre.
12
¿No está Dios en la altura de los cielos? Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán elevadas están.
13
¿Y dirás tú: Qué sabe Dios? ¿Cómo juzgará por medio de la oscuridad?
14
Las nubes son su escondedero, y no ve; Y por el circuito del cielo se pasea.
15
¿Quieres tú guardar la senda antigua, Que pisaron los hombres perversos?
16
Los cuales fueron cortados antes de tiempo, Cuyo fundamento fué como un río derramado:
17
Que decían á Dios: Apártate de nosotros. ¿Y qué les había hecho el Omnipotente?
18
Habíales él henchido sus casas de bienes. Sea empero el consejo de ellos lejos de mí.
19
Verán los justos y se gozarán; Y el inocente los escarnecerá, diciendo:
20
Fué cortada nuestra sustancia, Habiendo consumido el fuego el resto de ellos.
21
Amístate ahora con él, y tendrás paz; Y por ello te vendrá bien.
22
Toma ahora la ley de su boca, Y pon sus palabras en tu corazón.