3
Soportadme, y yo hablaré; Y después que hubiere hablado, escarneced.
4
¿Hablo yo á algún hombre? Y ¿por qué no se ha de angustiar mi espíritu?
5
Miradme, y espantaos, Y poned la mano sobre la boca.
6
Aun yo mismo, cuando me acuerdo, me asombro, Y toma temblor mi carne.
7
¿Por qué viven los impíos, Y se envejecen, y aun crecen en riquezas?
8
Su simiente con ellos, compuesta delante de ellos; Y sus renuevos delante de sus ojos.
9
Sus casas seguras de temor, Ni hay azote de Dios sobre ellos.
10
Sus vacas conciben, no abortan; Paren sus vacas, y no malogran su cría.
11
Salen sus chiquitos como manada, Y sus hijos andan saltando.
12
Al son de tamboril y cítara saltan, Y se huelgan al son del órgano.
13
Gastan sus días en bien, Y en un momento descienden á la sepultura.