4
¿No sabes esto que fué siempre, Desde el tiempo que fué puesto el hombre sobre la tierra,
5
Que la alegría de los impíos es breve, Y el gozo del hipócrita por un momento?
6
Si subiere su altivez hasta el cielo, Y su cabeza tocare en las nubes,
7
Con su estiércol perecerá para siempre: Los que le hubieren visto, dirán: ¿Qué es de él?
8
Como sueño volará, y no será hallado: Y disiparáse como visión nocturna.
9
El ojo que le habrá visto, nunca más le verá; Ni su lugar le echará más de ver.
10
Sus hijos pobres andarán rogando; Y sus manos tornarán lo que él robó.
11
Sus huesos están llenos de sus mocedades, Y con él serán sepultados en el polvo.
12
Si el mal se endulzó en su boca, Si lo ocultaba debajo de su lengua;
13
Si le parecía bien, y no lo dejaba, Mas antes lo detenía entre su paladar;
14
Su comida se mudará en sus entrañas, Hiel de áspides será dentro de él.