19
Por cuanto quebrantó y desamparó a los pobres, robó casas, y no las edificó;
20
por tanto, no sentirá él sosiego en su vientre, ni escapará con su codicia.
21
No quedó nada que no comiese; por tanto su bien no será durable.
22
Cuando fuere lleno su bastimento, tendrá angustia; las manos todas de los malvados vendrán sobre él.
23
Cuando se pusiere a llenar su vientre, Dios enviará sobre él el furor de su ira, y la hará llover sobre él y sobre su comida.
24
Huirá de las armas de hierro, y el arco de acero le atravesará.
25
Desenvainará y sacará saeta de su aljaba, y relumbrante pasará por su hiel; sobre él vendrán terrores.
26
Todas tinieblas están guardadas para sus secretos; fuego no soplado lo devorará; su sucesor será quebrantado en su tienda.
27
Los cielos descubrirán su iniquidad, y la tierra se levantará contra él.
28
Los renuevos de su casa serán trasportados; serán derramados en el día de su furor.
29
Esta es la parte que Dios apareja al hombre impío, y la heredad que Dios le señala por su palabra.