1
MI ALIENTO está corrompido, acórtanse mis días, Y me está aparejado el sepulcro.
2
No hay conmigo sino escarnecedores, En cuya acrimonia se detienen mis ojos.
3
Pon ahora, dame fianza para litigar contigo: ¿Quién tocará ahora mi mano?
4
Porque á éstos has tú escondido su corazón de inteligencia: Por tanto, no los ensalzarás.
5
El que denuncia lisonjas á sus prójimos, Los ojos de sus hijos desfallezcan.
6
El me ha puesto por parábola de pueblos, Y delante de ellos he sido como tamboril.
7
Y mis ojos se oscurecieron de desabrimiento, Y mis pensamientos todos son como sombra.
8
Los rectos se maravillarán de esto, Y el inocente se levantará contra el hipócrita.
9
No obstante, proseguirá el justo su camino, Y el limpio de manos aumentará la fuerza.
10
Mas volved todos vosotros, y venid ahora, Que no hallaré entre vosotros sabio.