10
El os redargüirá duramente, si en lo secreto le hicieses tal honra.
11
De cierto su alteza os había de espantar, y su pavor había de caer sobre vosotros.
12
Vuestras memorias serán comparadas a la ceniza, y vuestros cuerpos como cuerpos de lodo.
13
Escuchadme, y hablaré yo, y que me venga después lo que viniere.
14
¿Por qué quitaré yo mi carne con mis dientes, y pondré mi alma en mi palma?
15
He aquí , aunque me matare, en él esperaré; pero defenderé delante de él mis caminos.
16
Y él mismo me será salud, porque no entrará en su presencia el impío.
17
Oíd con atención mi razón, y mi denuncia con vuestros oídos.
18
He aquí ahora, si yo me apercibiere a juicio, sé que seré justificado.
19
¿Quién es el que pleiteará conmigo? Porque si ahora yo callara, moriría.
20
A lo menos dos cosas no hagas conmigo; y entonces no me esconderé de tu rostro: