4
Yo soy uno de quien su amigo se mofa, Que invoca á Dios, y él le responde: Con todo, el justo y perfecto es escarnecido.
5
Aquel cuyos pies van á resbalar, Es como una lámpara despreciada de aquel que está á sus anchuras.
6
Prosperan las tiendas de los ladrones, Y los que provocan á Dios viven seguros; En cuyas manos él ha puesto cuanto tienen.
7
Y en efecto, pregunta ahora á las bestias, que ellas te enseñarán; Y á las aves de los cielos, que ellas te lo mostrarán;
8
O habla á la tierra, que ella te enseñará; Los peces de la mar te lo declararán también.
9
¿Qué cosa de todas estas no entiende Que la mano de Jehová la hizo?
10
En su mano está el alma de todo viviente, Y el espíritu de toda carne humana.
11
Ciertamente el oído distingue las palabras, Y el paladar gusta las viandas.
12
En los viejos está la ciencia, Y en la larga edad la inteligencia.
13
Con Dios está la sabiduría y la fortaleza; Suyo es el consejo y la inteligencia.
14
He aquí, él derribará, y no será edificado: Encerrará al hombre, y no habrá quien le abra.
15
He aquí, el detendrá las aguas, y se secarán; El las enviará, y destruirán la tierra.
16
Con él está la fortaleza y la existencia; Suyo es el que yerra, y el que hace errar.
17
El hace andar á los consejeros desnudos de consejo, Y hace enloquecer á los jueces.
18
El suelta la atadura de los tiranos, Y ata el cinto á sus lomos.
19
El lleva despojados á los príncipes, Y trastorna á los poderosos.
20
El impide el labio á los que dicen verdad, Y quita á los ancianos el consejo.
21
El derrama menosprecio sobre los príncipes, Y enflaquece la fuerza de los esforzados.
22
El descubre las profundidades de las tinieblas, Y saca á luz la sombra de muerte.
23
El multiplica las gentes, y él las destruye: El esparce las gentes, y las torna á recoger.
24
El quita el seso de las cabezas del pueblo de la tierra, Y háceles que se pierdan vagueando sin camino: