11
Porque él conoce a los hombres vanos; y ve la iniquidad, ¿y no entenderá
12
El hombre vano se hará entendido, aunque nazca como el pollino del asno montés
13
Si tú preparares tu corazón, y extendieres a él tus manos
14
si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, y no consintieres que more maldad en tus habitaciones
15
entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, y serás firme y no temerás
16
y olvidarás tu trabajo, y te acordarás de él como de aguas que pasaron
17
y en mitad de la siesta se levantará bonanza; resplandecerás, y serás como la misma mañana
18
y confiarás, que habrá esperanza; y cavarás, y dormirás seguro
19
y te acostarás, y no habrá quien te espante; y muchos te rogarán
20
Mas los ojos de los malos se consumirán, y no tendrán refugio; y su esperanza será agonía del alma