2
¡Ojalá tuviera yo en el desiertouna posada junto al camino!Abandonaría a mi pueblo,y me alejaría de ellos.Porque todos ellos son adúlteros,son una banda de traidores.
3
«Tensan su lengua como un arco;en el país prevalece la mentira, no la verdad,porque van de mal en peor,y a mí no me conocen—afirma el SEÑOR—.
4
Cuídese cada uno de su amigo,no confíe ni siquiera en el hermano,porque todo hermano engaña,y todo amigo difama.
5
Se engañan unos a otros;no se hablan con la verdad.Han enseñado sus lenguas a mentir,y pecan hasta el cansancio.
6
»Tú, Jeremías, vives en medio de engañadores,que por su engaño no quieren reconocerme»,afirma el SEÑOR.
7
Por eso, así dice el SEÑORTodopoderoso:«Voy a refinarlos, a ponerlos a prueba.¿Qué más puedo hacer con mi pueblo?
8
Su lengua es una flecha mortífera,su boca solo sabe engañar;hablan cordialmente con su amigo,mientras en su interior le tienden una trampa.
9
¿Y no los he de castigar por esto?—afirma el SEÑOR—.¿Acaso no he de vengarme de semejante nación?»
10
Lloraré y gemiré por las montañas,haré lamentos por las praderas del desierto,porque están desoladas:ya nadie las transitani se escuchan los mugidos del ganado.Desde las aves del cielo hasta los animales del campo,todos han huido.
11
«Convertiré a Jerusalén en un montón de ruinas,en una guarida de chacales.Convertiré en desolación las ciudades de Judá;¡las dejaré sin habitantes!»
12
¿Quién es tan sabio como para entender esto? ¿A quién le habló el SEÑOR, para que lo anuncie? ¿Por qué está arruinado el país, desolado como un desierto por el que nadie pasa?