10
Maldito el que hiciere engañosamente la obra del SEÑOR, y maldito el que detuviere su espada de la sangre
11
Quieto estuvo Moab desde su juventud, y sobre sus heces ha estado él reposado, y no fue vaciado de vaso en vaso, ni nunca fue en cautiverio; por tanto, quedó su sabor en él, y su olor no se ha cambiado
12
Por eso, he aquí que vienen días, dijo el SEÑOR, en que yo le enviaré transportadores que lo harán transportar; y vaciarán sus vasos, y romperán sus odres
13
Y se avergonzará Moab de Quemos, a la manera que la Casa de Israel se avergonzó de Betel, su confianza
14
¿Cómo diréis: Somos valientes, y robustos hombres para la guerra
15
Destruido fue Moab, y sus ciudades asoló, y sus jóvenes escogidos descendieron al degolladero, dijo el Rey, el SEÑOR de los ejércitos es su Nombre
16
Cercano está el quebrantamiento de Moab para venir, y su mal se apresura mucho
17
Compadeceos de él todos los que estáis alrededor suyo; y todos los que sabéis su nombre, decid: ¿Cómo se quebró la vara de fortaleza, el báculo de hermosura
18
Desciende de la gloria, siéntate en seco, moradora hija de Dibón; porque el destruidor de Moab subió contra ti, disipó tus fortalezas
19
Párate en el camino, y mira, oh moradora de Aroer; pregunta a la que va huyendo, y a la que escapó; dile: ¿Qué ha acontecido
20
Se avergonzó Moab, porque fue quebrantado; aullad y clamad; denunciad en Arnón que Moab es destruido
21
Y que vino juicio sobre la tierra de la campiña; sobre Holón, sobre Jahaza, sobre Mefaat
22
sobre Dibón, sobre Nebo, sobre Bet-diblataim
23
sobre Quiriataim, sobre Bet-gamul, sobre Bet-meon
24
sobre Queriot, sobre Bosra, y sobre todas las ciudades de tierra de Moab, las de lejos y las de cerca
25
Cortado es el cuerno de Moab, y su brazo quebrantado, dijo el SEÑOR
26
Embriagadlo, porque contra el SEÑOR se engrandeció; y revuélquese Moab sobre su vómito, y sea también él por escarnio
27
¿Y no te fue a ti Israel por escarnio, como si lo tomaran entre ladrones? Porque desde que de él hablaste, tú te has movido
28
Desamparad las ciudades, y habitad en peñascos, oh moradores de Moab; y sed como la paloma que hace nido detrás de la boca de la caverna
29
Hemos oído la soberbia de Moab, que es muy soberbio, su hinchazón, su orgullo, su altivez y la altanería de su corazón
30
Yo conozco, dice el SEÑOR, su cólera; mas no tendrá efecto; sus mentiras no han de aprovecharle