10
“Si se quedan en este país, yo los edificaré y no los derribaré, los plantaré y no los arrancaré, porque me duele haberles causado esa calamidad.
11
No teman al rey de Babilonia, al que ahora temen —afirma el SEÑOR—; no le teman, porque yo estoy con ustedes para salvarlos y librarlos de su poder.
12
Tendré compasión de ustedes, y de esa manera él también les tendrá compasión y les permitirá volver a su tierra”.
13
»Pero si desobedecen la voz del SEÑOR, Dios de ustedes, y dicen: “No nos quedaremos en esta tierra,
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sino que nos iremos a Egipto, donde no veremos guerra, ni escucharemos el sonido de la trompeta, ni pasaremos hambre, y allí nos quedaremos a vivir”,
15
entonces presten atención a la palabra del SEÑOR, ustedes los que quedan en Judá: Así dice el SEÑORTodopoderoso, el Dios de Israel: “Si ustedes insisten en trasladarse a Egipto para vivir allá,
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la guerra que tanto temen los alcanzará, y el hambre que los aterra los seguirá de cerca hasta Egipto, y en ese lugar morirán.
17
Todos los que están empecinados en trasladarse a Egipto para vivir allá, morirán por la guerra, el hambre y la peste. Ninguno sobrevivirá ni escapará a la calamidad que haré caer sobre ellos”.
18
Porque así dice el SEÑOR Todopoderoso, el Dios de Israel: “Así como se ha derramado mi ira y mi furor sobre los habitantes de Jerusalén, así se derramará mi furor sobre ustedes, si se van a Egipto. Se convertirán en objeto de maldición, de horror, de imprecación y de oprobio, y nunca más volverán a ver este lugar”.
19
»¡Remanente de Judá! El SEÑOR les ha dicho que no vayan a Egipto. Sepan bien que hoy les hago una advertencia seria.
20
Ustedes cometieron un error fatal cuando me enviaron al SEÑOR, Dios de ustedes, y me dijeron: “Ruega al SEÑOR, nuestro Dios, por nosotros, y comunícanos todo lo que él te diga, para que lo cumplamos”.