29
Porque he aquí, que a la ciudad sobre la cual es llamado mi nombre yo comienzo a hacer mal; ¿y solamente vosotros seréis absueltos? No seréis absueltos, porque espada traigo sobre todos los moradores de la tierra, dijo el SEÑOR de los ejércitos
30
Tú, pues, profetizarás a ellos todas estas palabras, y les dirás: El SEÑOR bramará como león desde lo alto, y desde la morada de su Santidad dará su voz; enfurecido bramará sobre su morada; canción de lagareros cantará contra todos los moradores de la tierra
31
Llegó el estruendo hasta el cabo de la tierra; porque es juicio del SEÑOR con los gentiles: él es el Juez de toda carne; entregará los impíos a espada, dijo el SEÑOR
32
Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: He aquí que el mal sale de gente en gente, y grande tempestad se levantará de los fines de la tierra
33
Y serán muertos del SEÑOR en aquel día desde un cabo de la tierra hasta el otro cabo; no se endecharán, ni se recogerán, ni serán enterrados; como estiércol serán sobre la faz de la tierra
34
Aullad, pastores, y clamad; y revolcaos en el polvo, mayorales del rebaño; porque cumplidos son vuestros días para ser vosotros degollados y esparcidos, y caeréis como vaso de codicia
35
Y no habrá huida para los pastores, ni escape para los mayorales del rebaño
36
¡Voz del grito de los pastores, y aullido de los mayorales del hato se oirá! Porque el SEÑOR asoló sus majadas
37
Y las majadas quietas serán taladas por la ira del furor del SEÑOR
38
Desamparó como leoncillo su morada; porque la tierra de ellos fue asolada por la ira del opresor, y por el enojo de su furor