15
Por tanto, así dijo el SEÑOR de los ejércitos contra aquellos profetas: He aquí que yo les hago comer ajenjo, y les haré beber aguas de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la tierra
16
Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os hacen desvanecer; hablan visión de su corazón, no de la boca del SEÑOR
17
Dicen atrevidamente a los que me aíran: El SEÑOR dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la imaginación de su corazón, dijeron: No vendrá mal sobre vosotros
18
Porque ¿quién estuvo en el secreto del SEÑOR, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y oyó
19
He aquí que la tempestad del SEÑOR saldrá con furor; y la tempestad que está aparejada, caerá sobre la cabeza de los malos
20
No se apartará el furor del SEÑOR, hasta tanto que haya hecho, y hasta tanto que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en lo postrero de los días lo entenderéis con entendimiento
21
No envié yo a aquellos profetas, y ellos corrían; yo no les hablé, y ellos profetizaban
22
Y si ellos hubieran estado en mi secreto, también hubieran hecho oír mis palabras a mi pueblo; y les hubieran hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras
23
¿Por ventura soy yo Dios de cerca solamente, dijo el SEÑOR, y no Dios de lejos
24
¿Por ventura se ocultará alguno en escondrijos que yo no lo vea, dijo el SEÑOR? ¿No lleno yo el cielo y la tierra, dijo el SEÑOR
25
Yo oí lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé