8
Porque desde que hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra del SEÑOR me ha sido para afrenta y escarnio cada día
9
Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre. Pero, fue en mi corazón como un fuego ardiente y metido en mis huesos; trabajé por sufrirlo, y no pude
10
Porque oí la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad, y denunciaremos. Todos mis amigos miraban si cojearía. Por ventura se engañará, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza
11
Mas el SEÑOR está conmigo como poderoso gigante; por tanto los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada
12
Oh SEÑOR de los ejércitos, que examinas lo justo, que ves los riñones y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque a ti he descubierto mi causa
13
Cantad al SEÑOR, load al SEÑOR; porque ha librado el alma del pobre de mano de los malignos
14
Maldito el día en que nací; el día en que mi madre me dio a luz no sea bendito
15
Maldito el hombre que dio nuevas a mi padre, diciendo: Hijo varón te ha nacido, haciéndole alegrarse así mucho
16
Y sea el tal hombre como las ciudades que asoló el SEÑOR, y no se arrepintió; y oiga gritos de mañana, y voces al mediodía
17
porque no me mató en el vientre, y mi madre hubiera sido mi sepulcro, y su vientre concebimiento perpetuo
18
¿Para qué salí del vientre? ¿Para ver trabajo y dolor, y que mis días se gastaran en afrenta