5
Otra vez tornó Jehová á hablarme, diciendo:
6
Por cuanto desechó este pueblo las aguas de Siloé, que corren mansamente, y holgóse con Rezín y con el hijo de Remalías,
7
He aquí por tanto que el Señor hace subir sobre ellos aguas de ríos, impetuosas y muchas, á saber, al rey de Asiria con todo su poder; el cual subirá sobre todos sus ríos, y pasará sobre todas sus riberas:
8
Y pasando hasta Judá, inundará, y sobrepujará, y llegará hasta la garganta; y extendiendo sus alas, llenará la anchura de tu tierra, oh Emmanuel.
9
Juntaos, pueblos, y seréis quebrantados; oid todos los que sois de lejanas tierras: poneos á punto, y seréis quebrantados; apercibíos, y seréis quebrantados.
10
Tomad consejo, y será deshecho; proferid palabra, y no será firme: porque Dios con nosotros.
11
Porque Jehová me dijo de esta manera con mano fuerte, y enseñóme que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo:
12
No digáis, Conjuración, á todas las cosas á que este pueblo dice, Conjuración, ni temáis lo que temen, ni tengáis miedo.
13
A Jehová de los ejércitos, á él santificad: sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo.
14
Entonces él será por santuario; mas á las dos casas de Israel por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y por red al morador de Jerusalem.
15
Y muchos tropezarán entre ellos, y caerán, y serán quebrantados: enredaránse, y serán presos.