12
El herrero tomará la tenaza, obrará en las ascuas, le dará forma con los martillos, y obrará en ello el brazo de su fortaleza; aunque esté hambriento, y le falten las fuerzas, no beberá agua, aunque se desmaye.
13
El carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace a forma de varón, a semejanza de hombre hermoso, para que esté sentado en casa.
14
Se cortará cedros, y tomará encina y alcornoque, y se esforzará con los árboles del bosque; plantará pino, que se críe con la lluvia.
15
El hombre después se servirá de él para quemar, y tomará de ellos para calentarse; encenderá también el horno , y cocerá panes; hará también un dios, y lo adorará; fabricará un ídolo, y se arrodillará delante de él.
16
Parte de él quemará en el fuego; con otra parte de él comerá carne, asará asado, y se saciará. Después se calentará, y dirá, ¡Oh! me he calentado, fuego he visto;
17
las sobras de él torna en dios, en su escultura; se humilla delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, que mi dios eres tú.
18
No supieron, ni entendieron, porque untó sus ojos para que no vean; y su corazón, para que no entiendan.
19
No torna en sí, no tiene sentido ni entendimiento para decir: Parte de ello quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan; asé carne, y comí: ¿lo que de él quedó he de tornar en abominación? ¿Delante de un tronco de árbol me tengo de humillar?
20
La ceniza apacienta; su corazón engañado le inclina, para que no libre su alma, y diga, ¿No está la mentira a mi mano derecha?
21
Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e Israel, que mi siervo eres: Yo te formé, mi siervo eres tú ; Israel, no me olvides.
22
Yo deshice, como nube, tus rebeliones, y tus pecados, como niebla; tórnate a mí, porque yo te redimí.