5
No temas, porque yo soy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré.
6
Diré al aquilón: Da acá, y al mediodía: No detengas: trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los términos de la tierra,
7
Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los críe, los formé y los hice.
8
Sacad al pueblo ciego que tiene ojos, y á los sordos que tienen oídos.
9
Congréguense á una todas las gentes, y júntense todos los pueblos: ¿quién de ellos hay que nos dé nuevas de esto, y que nos haga oir las cosas primeras? Presenten sus testigos, y justifíquense; oigan, y digan: Verdad.
10
Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí; para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fué formado Dios, ni lo será después de mí.
11
Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.
12
Yo anuncié, y salvé, é hice oir, y no hubo entre vosotros extraño. Vosotros pues sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios.
13
Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano libre: si yo hiciere, ¿quién lo estorbará?
14
Así dice Jehová, Redentor vuestro, el Santo de Israel: Por vosotros envié á Babilonia, é hice descender fugitivos todos ellos, y clamor de Caldeos en las naves.
15
Yo Jehová, Santo vuestro, Criador de Israel, vuestro Rey.