4
Ya que eres precioso a mis ojos, digno de honra, y yo te amo, daré a otros hombres en lugar tuyo, y a otros pueblos por tu vida.
5
No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu descendencia, y del occidente te reuniré.
6
Diré al norte: "Entrégalos;" y al sur: "No los retengas." Trae a mis hijos desde lejos, y a mis hijas desde los confines de la tierra,
7
a todo el que es llamado por mi nombre y a quien he creado para mi gloria, a quien he formado y a quien he hecho.
8
Sacad al pueblo ciego, aunque tiene ojos, y a los sordos, aunque tienen oídos.
9
Todas las naciones a una se han reunido y se han congregado los pueblos. ¿Quién de ellos declarará esto y nos proclamará las cosas anteriores? Que presenten sus testigos y que se justifiquen, que oigan y digan: Es verdad.
10
Vosotros sois mis testigosdeclara el SEÑOR y mi siervo a quien he escogido, para que me conozcáis y creáis en mí, y entendáis que yo soy. Antes de mí no fue formado otro dios, ni después de mí lo habrá.
11
Yo, yo soy el SEÑOR, y fuera de mí no hay salvador.
12
Yo soy el que lo he anunciado, he salvado y lo he proclamado, y no hay entre vosotros dios extraño; vosotros, pues, sois mis testigosdeclara el SEÑOR y yo soy Dios.
13
Aun desde la eternidad, yo soy, y no hay quien libre de mi mano; yo actúo, ¿y quién lo revocará?
14
Así dice el SEÑOR vuestro Redentor, el Santo de Israel: Por vuestra causa envié a Babilonia e hice descender como fugitivos a todos ellos, es decir, a los caldeos, en las naves de las cuales se gloriaban.