11
Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.
12
Yo anuncié, y salvé, é hice oir, y no hubo entre vosotros extraño. Vosotros pues sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios.
13
Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano libre: si yo hiciere, ¿quién lo estorbará?
14
Así dice Jehová, Redentor vuestro, el Santo de Israel: Por vosotros envié á Babilonia, é hice descender fugitivos todos ellos, y clamor de Caldeos en las naves.
15
Yo Jehová, Santo vuestro, Criador de Israel, vuestro Rey.
16
Así dice Jehová, el que da camino en la mar, y senda en las aguas impetuosas;
17
El que saca carro y caballo, ejército y fuerza; caen juntamente para no levantarse; quedan extinguidos, como pábilo quedan apagados.
18
No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis á memoria las cosas antiguas.
19
He aquí que yo hago cosa nueva: presto saldrá á luz: ¿no la sabréis? Otra vez pondré camino en el desierto, y ríos en la soledad.
20
La bestia del campo me honrará, los chacales, y los pollos del avestruz: porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido.
21
Este pueblo crié para mí, mis alabanzas publicará.
22
Y no me invocaste á mí, oh Jacob; antes, de mí te cansaste, oh Israel.
23
No me trajiste á mí los animales de tus holocaustos, ni á mí me honraste con tus sacrificios: no te hice servir con presente, ni te hice fatigar con perfume.
24
No compraste para mí caña aromática por dinero, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios; antes me hiciste servir en tus pecados, me has fatigado con tus maldades.
25
Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí; y no me acordaré de tus pecados.
26
Hazme acordar, entremos en juicio juntamente; relata tú para abonarte.
27
Tu primer padre pecó, y tus enseñadores prevaricaron contra mí.
28
Por tanto, yo profané los príncipes del santuario, y puse por anatema á Jacob, y por oprobio á Israel.