8 Tus caminos están abandonados;
ya nadie viaja por ellos.
Los asirios rompieron su tratado de paz
y no les importan las promesas que hicieron delante de testigos;
no le tienen respeto a nadie.
9 La tierra de Israel se marchita con el duelo;
el Líbano se seca a causa de la vergüenza.
La llanura de Sarón es ahora un desierto;
Basán y el Carmelo han sido saqueados.
10 Pero el Señor
dice: «Ahora me levantaré;
ahora mostraré mi poder y mi fuerza.
11 Ustedes, los asirios, no producen más que hierba seca y rastrojos;
su propio aliento se convertirá en fuego y los consumirá.
12 Su pueblo será totalmente quemado,
como los espinos que se cortan y se echan al fuego.
13 ¡Escuchen lo que yo hice, naciones lejanas!
¡Y ustedes que están cerca, reconozcan mi poder!».
14 Los pecadores de Jerusalén tiemblan de temor;
el terror se apodera de los que no tienen a Dios.
«¿Quién puede vivir con este fuego devorador? —claman—.
¿Quién puede sobrevivir a este fuego consumidor?».
15 Los que son honestos y justos,
los que se niegan a obtener ganancias por medio de fraudes,
los que se mantienen alejados de los sobornos,
los que se niegan a escuchar a los que traman asesinatos,
los que cierran los ojos para no ceder ante la tentación de hacer el mal;
16 estos son los que habitarán en las alturas.
Las rocas de los montes serán su fortaleza;
se les proveerá alimentos,
y tendrán agua en abundancia.
17 Sus ojos verán al rey en todo su esplendor,
y verán una tierra que se pierde en la distancia.
18 Recordarán este tiempo de terror y preguntarán:
«¿Dónde están los oficiales asirios
que contaban nuestras torres?
¿Dónde están los contadores
que anotaban el botín sacado de nuestra ciudad caída?».
19 Ustedes ya no verán a esa gente feroz y violenta,
con su idioma extraño y desconocido.
20 En cambio, verán a Sión como lugar de festivales sagrados;
verán a Jerusalén, una ciudad tranquila y segura.
Será como una carpa con las sogas tensas
y con las estacas firmemente clavadas.
21 Para nosotros el Señor
será el Poderoso.
Será como un ancho río de protección
que ningún enemigo puede cruzar;
por el cual no puede navegar ningún barco enemigo.
22 Pues el Señor
es nuestro juez,
nuestro legislador y nuestro rey;
él cuidará de nosotros y nos salvará.
23 Las velas de los enemigos cuelgan flácidas
de los mástiles rotos, junto con aparejos inútiles.
El pueblo de Dios repartirá el tesoro;
¡hasta los cojos recibirán su porción!
24 El pueblo de Israel ya no dirá:
«Estamos enfermos e indefensos»,
porque el Señor
perdonará sus pecados.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Isaías 33:8 Las calzadas están desiertas, el transeúnte ya no pasa; ha quebrantado el pacto, ha despreciado las ciudades, no tiene en estima al hombre.

English Standard Version ESV

Isaiah 33:8 The highways lie waste; the traveler ceases. Covenants are broken; cities are despised; there is no regard for man.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Isaías 33:8 Las calzadas serán deshechas; cesaron los caminantes; anuló la alianza, aborreció las ciudades, tuvo en nada los hombres

King James Version KJV

Isaiah 33:8 The highways lie waste, the wayfaring man* ceaseth: he hath broken the covenant, he hath despised the cities, he regardeth no man.

New King James Version NKJV

Isaiah 33:8 The highways lie waste, The traveling man ceases. He has broken the covenant, He has despised the cities, He regards no man.

Nueva Versión Internacional NVI

Isaías 33:8 Los caminos están desolados,nadie transita por los senderos.El pacto se ha quebrantado,se desprecia a los testigos,¡a nadie se le respeta!

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Isaías 33:8 Las calzadas están desechas, cesaron los caminantes: anulado ha la alianza, aborreció las ciudades, tuvo en nada los hombres.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Isaías 33:8 Las calzadas serán deshechas; cesaron los caminantes; anuló la alianza, aborreció las ciudades, tuvo en nada los hombres.

Herramientas de Estudio para Isaías 33:8-24