2
Oh SEÑOR, ten misericordia de nosotros, a ti esperamos; tú que fuiste fortaleza de su pueblo al principio, sé también nuestra salud en tiempo de la tribulación
3
Los pueblos huyeron de la voz del estruendo; los gentiles fueron esparcidos, cuando tú te levantas contra ellos
4
Mas vuestra presa será cogida como cuando cogen las orugas; correrá sobre ellos como de una a otra parte corren las langostas
5
Será ensalzado el SEÑOR, el cual mora en las alturas; porque llenó a Sion de juicio y de justicia
6
Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y la fuerza de la salvación; el temor del SEÑOR será su tesoro
7
He aquí, que sus embajadores darán voces afuera, los mensajeros de paz llorarán amargamente
8
Las calzadas serán deshechas; cesaron los caminantes; anuló la alianza, aborreció las ciudades, tuvo en nada los hombres
9
Se enlutó, enfermó la tierra; el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón fue tornado como desierto. Basán, y el Carmelo fueron sacudidos
10
Ahora me levantaré, dice el SEÑOR; ahora seré ensalzado, ahora seré engrandecido
11
Concebisteis hojarascas, daréis a luz aristas; el soplo de vuestro fuego os consumirá
12
Y los pueblos serán como cal quemada, como espinas cortadas serán quemadas con fuego