24
También los bueyes y los asnos que labran la tierra comerán forraje salado, que ha sido aventado con pala y con bieldo.
25
Sobre todo monte alto y sobre toda colina elevada habrá arroyos de aguas perennes el día de la gran matanza, cuando caigan las torres.
26
Y será la luz de la luna como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que el SEÑOR vende la fractura de su pueblo y cure la llaga que El ha causado.
27
He aquí, el nombre del SEÑOR viene de lejos ardiente es su ira, y denso es su humo. Sus labios están llenos de indignación, su lengua es como fuego consumidor,
28
y su aliento como un torrente desbordado que llega hasta el cuello, para zarandear a las naciones en una zaranda de destrucción, y poner la brida que conduce a la ruina en las mandíbulas de los pueblos.
29
Tendréis cánticos como en la noche en que celebráis la fiesta, y alegría de corazón como cuando uno marcha al son de la flauta, para ir al monte del SEÑOR, a la Roca de Israel.
30
Y el SEÑOR hará oír la majestad de su voz, y dejará ver el descenso de su brazo con furia de ira y llama de fuego consumidor, con turbión, aguacero y piedra de granizo.
31
Porque a la voz del SEÑOR, Asiria se aterrará cuando El hiera con la vara.
32
Y cada golpe de la vara de castigo que el SEÑOR descargue sobre ella, será al son de panderos y liras; y en batallas, blandiendo armas, El peleará contra ellos.
33
Porque Tofet está preparado desde hace tiempo, ciertamente, ha sido dispuesto para el rey. El lo ha hecho profundo y ancho, una pira de fuego con abundante leña; el soplo del SEÑOR, como torrente de azufre, lo enciende.