2
Visión dura me ha sido mostrada. Para un prevaricador otro prevaricador; y para un destructor otro destructor. Sube, Elam; cerca, Media. Todo su gemido hice cesar.
3
Por tanto, mis lomos se han llenado de dolor; angustias se apoderaron de mí, como angustias de mujer de parto; me agobié oyendo, y me espanté viendo.
4
Se pasmó mi corazón, el horror me ha asombrado; la noche de mi deseo se me tornó en espanto.
5
Pon la mesa, mira del atalaya, come, bebe, levantaos, príncipes, tomad escudo.
6
Porque el Señor me dijo así: Ve, pon centinela, que haga saber lo que viere.
7
Y vio un carro de un par de caballeros, un carro de asno, y un carro de camello. Luego miró mucho más atentamente.
8
Y gritó: León sobre atalaya. Señor, estoy yo continuamente todo el dia, y las noches enteras sobre mi guarda.
9
Y he aquí este carro de hombres viene, un par de caballeros. Después habló, y dijo: Cayó; cayó Babilonia; y todos los ídolos de sus dioses quebrantó en tierra.
10
Trilla mía, y pueblo de mi era, os he dicho lo que oí del SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel.
11
Carga de Duma. Me dan voces: De Seir. ¿Guarda qué hay esta noche? ¿Guarda, qué hay esta noche?
12
El que guarda respondió: La mañana viene, y después la noche. Si preguntareis, preguntad; volved, y venid.