10 al cual oían todos atentamente, desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Esta es la gran virtud de Dios.
11 Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas los había asombrado mucho tiempo.
12 Pero cuando creyeron a Felipe, que les anunciaba el Evangelio del Reino de Dios y el Nombre de Jesús el Cristo, se bautizaban hombres y mujeres.
13 El mismo Simón creyó también entonces, y bautizándose, se llegó a Felipe; y viendo los milagros y grandes maravillas que se hacían, estaba atónito.
14 Y los apóstoles que estaban en Jerusalén, habiendo oído que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan;
15 los cuales venidos, oraron por ellos, para que recibiesen el Espíritu Santo;
16 (porque aún no había descendido en ninguno de ellos, mas solamente eran bautizados en el Nombre de Jesus.)
17 Entonces les impusieron las manos, y recibieron el Espíritu Santo.
18 Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero,
19 diciendo: Dadme también a mí esta potestad, que a cualquiera que pusiere las manos encima, reciba el Espíritu Santo.
20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, qué piensas que el don de Dios se gana por dinero.
21 No tienes tú parte ni suerte en este negocio; porque tu corazón no es recto delante de Dios.
22 Arrepiéntete pues de ésta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te será perdonado este pensamiento de tu corazón.
23 Porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.
24 Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, que ninguna cosa de éstas que habéis dicho, venga sobre mí.
25 Y ellos, habiendo testificado y hablado la Palabra de Dios, se volvieron a Jerusalén, y en muchas tierras de los samaritanos anunciaron el Evangelio.
26 Y el ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el mediodía, al camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.
27 Entonces él se levantó, y fue; y he aquí un Etíope, eunuco, gobernador de Candace, reina de los Etíopes, el cual era puesto sobre todos sus tesoros, y había venido a adorar a Jerusalén,
28 y se volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías.
29 Y el Espíritu dijo a Felipe: Llégate, y júntate a este carro.
30 Y acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees?

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Hechos 8:10 y todos, desde el menor hasta el mayor, le prestaban atención, diciendo: Este es el que se llama el Gran Poder de Dios.

English Standard Version ESV

Acts 8:10 They all paid attention to him, from the least to the greatest, saying, "This man is the power of God that is called Great."

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Hechos 8:10 al cual oían todos atentamente, desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Esta es la gran virtud de Dios

King James Version KJV

Acts 8:10 To whom they all gave heed, from the least to the greatest, saying, This man is the great power of God.

New King James Version NKJV

Acts 8:10 to whom they all gave heed, from the least to the greatest, saying, "This man is the great power of God."

Nueva Traducción Viviente NTV

Hechos 8:10 Todos, desde el más pequeño hasta el más grande, a menudo se referían a él como «el Grande, el Poder de Dios».

Nueva Versión Internacional NVI

Hechos 8:10 Todos, desde el más pequeño hasta el más grande, le prestaban atención y exclamaban: «¡Este hombre es al que llaman el Gran Poder de Dios!»

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Hechos 8:10 Al cual oían todos atentamente desde al más pequeño hasta el más grande, diciendo: Este es la gran virtud de Dios.

Herramientas de Estudio para Hechos 8:10-30