8
mandando a sus acusadores que viniesen a ti; del cual tú mismo juzgando, podrás entender todas estas cosas de que le acusamos.
9
Y contendían también los judíos, diciendo ser así estas cosas.
10
Entonces Pablo, haciéndole el gobernador señal que hablase, respondió: Porque sé que desde hace muchos años eres gobernador de esta nación, con buen ánimo satisfaré por mí.
11
Porque tú puedes entender que no hace más de doce días que subí a adorar a Jerusalén;
12
y ni me hallaron en el Templo disputando con ninguno, ni haciendo concurso de multitud, ni en sinagogas, ni en la ciudad;
13
ni te pueden probar las cosas de que ahora me acusan.
14
Pero esto te confieso, que conforme a aquel Camino que ellos llaman secta, así sirvo al Dios de mi patria, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas;
15
teniendo esperanza en Dios que ha de haber la resurrección de los muertos, así de justos como de injustos, que ellos esperan.
16
Y por esto, procuro yo tener siempre conciencia sin remordimiento acerca de Dios y acerca de los hombres.
17
Pero pasados muchos años, vine a hacer limosnas a mi nación, y ofrendas,
18
cuando me hallaron purificado en el Templo (no con multitud ni con alboroto) unos judíos de Asia;