11
Porque tú puedes entender que no hace más de doce días que subí a adorar a Jerusalén
12
y ni me hallaron en el Templo disputando con ninguno, ni haciendo concurso de multitud, ni en sinagogas, ni en la ciudad
13
ni te pueden probar las cosas de que ahora me acusan
14
Pero esto te confieso, que conforme a aquel Camino que ellos llaman secta, así sirvo al Dios de mi patria, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas
15
teniendo esperanza en Dios que ha de haber la resurrección de los muertos, así de justos como de injustos, que ellos esperan
16
Y por esto, procuro yo tener siempre conciencia sin remordimiento acerca de Dios y acerca de los hombres
17
Pero pasados muchos años, vine a hacer limosnas a mi nación, y ofrendas
18
cuando me hallaron purificado en el Templo (no con multitud ni con alboroto) unos judíos de Asia
19
los cuales debieron comparecer delante de ti, y acusarme, si contra mí tenían algo
20
O digan estos mismos si hallaron en mí alguna cosa mal hecha, cuando yo estuve en el concilio
21
si no sea que, estando entre ellos prorrumpí en alta voz: Acerca de la resurrección de los muertos soy hoy juzgado de vosotros