22
Entonces el tribuno despidió al joven, mandándole que a nadie dijese que le había dado aviso de esto.
23
Y llamados dos centuriones, les mandó que apercibiesen doscientos soldados, que fuesen hasta Cesarea, y setenta de a caballo con los doscientos lanceros , que lo acompañasen desde la hora tercera de la noche.
24
Y que aparejasen cabalgaduras en que poniendo a Pablo, le llevasen a salvo a Félix, el gobernador.
25
Escribió una carta en estos términos:
26
Claudio Lisias al excelentísimo gobernador Félix: Salud.
27
A este varón, tomado de los judíos, y que lo comenzaban a matar, libré yo sobreviniendo con una compañía de soldados, entendiendo que era romano.
28
Y queriendo saber la causa por qué le acusaban, le llevé al concilio de ellos;
29
y hallé que le acusaban de cuestiones de la ley de ellos, y que ningún crimen tenía digno de muerte o de prisión.
30
Mas siéndome dado aviso de asechanzas que le habían aparejado los judíos, en la misma hora le he enviado a ti, y he denunciado también a los acusadores que traten delante de ti lo que tienen contra él. Pásalo bien.
31
Y los soldados, tomando a Pablo como les era mandado, le llevaron de noche a Antípatris.
32
Y al día siguiente, dejando a los de a caballo que fuesen con él, se volvieron a la fortaleza.