8
Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo también como a nosotros
9
y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando con la fe sus corazones
10
Ahora pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos yugo, que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar
11
Antes por la gracia del Señor Jesús, el Cristo, creemos que seremos salvos, como también ellos
12
Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes maravillas y señales Dios había hecho por ellos entre los gentiles
13
Y después que ellos callaron, Jacobo respondió, diciendo: Varones hermanos, oídme
14
Simón ha contado cómo Dios primero visitó a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su Nombre
15
y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito
16
Después de esto volveré y restauraré el tabernáculo de David, que estaba caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a levantar
17
para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles, sobre los cuales es llamado mi nombre, dice el Señor, que hace todas estas cosas
18
Conocidas son a Dios desde el siglo todas sus obras