14
Simón ha contado cómo Dios primero visitó a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su Nombre;
15
y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito:
16
Después de esto volveré y restauraré el tabernáculo de David, que estaba caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a levantar;
17
para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles, sobre los cuales es llamado mi nombre, dice el Señor, que hace todas estas cosas.
18
Conocidas son a Dios desde el siglo todas sus obras.
19
Por lo cual yo juzgo, que los que de los gentiles se convierten a Dios, no han de ser inquietados;
20
sino escribirles que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, y de fornicación, y de lo ahogado, y de sangre.
21
Porque Moisés desde los tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien le predique en las sinagogas, donde es leído cada sábado.
22
Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la Iglesia, enviar varones escogidos de entre ellos a Antioquía con Pablo y Bernabé; a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos;
23
y escribir por mano de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de los gentiles que están en Antioquía, y en Siria, y en Cilicia, salud:
24
Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, os han inquietado con palabras, trastornando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, a los cuales no mandamos;
25
nos ha parecido, congregados en uno, enviar varones escogidos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo,
26
hombres que han expuesto sus vidas por el Nombre de nuestro Señor Jesús, el Cristo.
27
Así que, enviamos a Judas y a Silas, los cuales también por palabra os harán saber lo mismo.
28
Que ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias:
29
Que os abstengáis de cosas sacrificadas a ídolos, y de sangre, y de lo ahogado, y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.
30
Ellos entonces despedidos, descendieron a Antioquía; y juntando la multitud, dieron la carta.
31
La cual, como leyeron, fueron gozosos de la consolación.
32
Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabra.
33
Y pasando allí algún tiempo, fueron enviados de los hermanos a los apóstoles en paz.
34
Mas a Silas pareció bien el quedarse allí.